miércoles, 13 de febrero de 2019

Milagro Eucarístico de O’Cebreiro-España (~1250)

Corpus Dómini – 15 de Agosto – 8 de Septiembre 
Año: ~1250 / Lugar: Iglesia de Santa María Real O’CEBREIRO, España
Milagro Eucarístico


Milagro Eucarístico de O’Cebreiro

El Milagro Eucarístico de O’Cebreiro se manifestó durante una Misa, cuando la Hostia se convirtió en Carne y el vino en Sangre que se derramó fuera del cáliz, tiñendo el corporal. El Señor obró este Prodigio para sostener la poca fe del Sacerdote que no creía en la Presencia real de Jesús en la Eucaristía. Las Sagradas Reliquias del Milagro se conservan hasta el día de hoy en la iglesia donde sucedió el Prodigio. Cada año, son muchos los peregrinos que acuden para venerar este Milagro.

Altar donde sucedió el Milagro.

Antecedentes
En el Camino de Santiago, A 150 kilómetros de la tumba del Apóstol, todavía en la provincia de Lugo, se encuentran los montes cuyo paso se llama Puerto de El Cebreiro.
Las legiones de Octavio Augusto lo utilizaron en su entrada a Galicia para incorporar Galicia al Imperio. En las cercanías construyeron la calzada que unía Lugo y Astorga.
La importancia de El Cebreiro surge cuando se descubre el sepulcro del Apóstol, a comienzos del S. IX, y comienzan los peregrinos europeos a recorrer el “Camino de Santiago”.
Un caballero francés, Giraldo de Aurillac, funda una Abadía benedictina que atiende al Hospital y a un Albergue para los peregrinos. Los Benedictinos levantaron un templo y lo custodiaron desde 836 a 1853, año en que son expulsados como consecuencia de la desamortización de Mendizábal.
Sin embargo El Cebreiro sigue siendo un lugar muy atrayente, especialmente por su gran tesoro: una Iglesia prerrománica, del siglo IX, que conserva el Milagro Eucarístico.

Iglesia de Santa María A Real do Cebreiro.

El Milagro Eucarístico
A mediados del siglo XIII hubo un invierno muy crudo y la nieve cubría el monasterio, la iglesia y el hospital.
Una fría mañana celebraba Misa un Sacerdote benedictino, capellán del monasterio. Pensaba que aquel crudo día de invierno, en que la nieve se amontonaba y el viento era insoportable, nadie vendría a Misa. Al llegar la Consagración, notó que alguien entraba en la iglesia. Era un vasallo del priorato, llamado Juan Santín, muy conocido por su extraordinaria devoción a la Santa Misa. Venía de su aldea, en el lado norte de la montaña.

La Virgen del Prodigio.
La presencia del labrador le sorprendió al celebrante: le parecía una temeridad salir de casa con un tiempo semejante, sólo por oír Misa. Desdeñando el sacrificio del campesino, se dijo para sí:  “Aquí viene un loco con esta tempestad para ver un poco de pan y un poco de vino”.
Apenas lo había pensando, vio cómo la Hostia se transformaba en Carne y el vino en Sangre, que se derramó del cáliz, manchando el corporal. Se dice que en ese momento, la estatua de madera de la Virgen hizo una inclinación con la cabeza como signo de adoración. El pueblo la llama, la “Virgen del Santo Milagro”. El Señor quiso abrir los ojos al incrédulo Sacerdote que había dudado y recompensar la gran devoción del campesino.
Por casi doscientos años la Hostia convertida en Carne permaneció sobre una patena. La Reina Isabel, encontrándose en peregrinación hacia Santiago de Compostela, conoció el Milagro y quiso donarle un precioso relicario de cristal que se conserva hoy, donde se guardan las pruebas del Milagro.
Cada año, en la Fiesta del Corpus Dómini, el 15 de Agosto y el 8 de Septiembre son llevadas en procesión las Reliquias del Prodigio, acompañadas por la estatua de la Virgen.
Los hechos se narran en la crónica del P. Yepes, Benedictino, y se recuerda en dos Bulas Pontificias, la del Papa Inocencio VIII del año 1487, y la del Papa Alejandro VI del año 1496.
En los primeros años del S. XVII, el P. Yepes escribía:
“Yo he visto y adorado este Santo Misterio. He visto las dos ampollas: en una está la Sangre, que parece recién coagulada, roja como la de un cabrito recién sacrificado. He visto también la Carne, que es roja y seca”.

Capilla donde se conservan las Reliquias del Prodigio.

Fuente:
P. Ángel María Rojas S.J.  LA EUCARISTÍA MILAGRO VIVO.
Carlo Acutis: O’Cebreiro-spanish

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