domingo, 17 de febrero de 2019

2 de Febrero: Milagros de Madre de Dios de la Ayuda, Barcelona-España (1616)

2 de Febrero
Año: 1616 / Lugar: BARCELONA, España
Aparición milagrosa de la Imagen Madre de Dios de la Ayuda
Milagros


Milagros de la Madre de Dios de la Ayuda

Entraba en la ciudad de Barcelona, por aquella parte que antiguamente era extramuros, una pobre mujer cargada con un haz de leña no muy grande en la cabeza. Cuando al llegar frente al sitio donde está hoy la iglesia, le faltaron de tal modo las fuerzas que sintiéndose tan abrumada por el cansancio, se vio obligada a descansar, colocando el haz de leña en tierra.
Repuesta ya de tan extraordinaria fatiga y recobradas las fuerzas, se levantó para continuar su camino, pero al querer tomar de nuevo su carga, no pudo conseguir levantarla del suelo ni aun removerla a pesar de todos sus esfuerzos, como si estuviera clavada en él.
Admirada y como fuera de sí por tan extraño suceso, sin poder explicarse como tan de improviso y por modo tan extraordinario había aumentado el peso del haz, hasta entonces tan ligero, se dirigió a una fábrica de lanas inmediata.
Y allí refirió el caso con tal asombro, que llenos de curiosidad y dudando de su certeza fueron algunos de sus obreros para cerciorarse y auxiliar a la mujer. Pero, ¡cual fue su extrañeza y confusión al verse burlados e impotentes para, no ya levantar, ni siquiera mover de su sitio aquel haz de leña!
Pasaban a la sazón algunos vecinos que, tomando el hecho a risa, se prestaron a dar su ayuda; pero todo fue inútil. Entonces, creyendo que se trataba de algún engaño y que dentro del haz debía esconderse algún peso enorme, cortaron las cuerdas, y apartando los troncos vieron con gran asombro una preciosa Imagen de Nuestra Señora con el Niño Jesús.
Repuestos de tan grata sorpresa, interrogaron a la mujer, no menos maravillada que ellos. Y no quedándoles duda de la verdad y sinceridad de sus palabras, atribuyeron el caso a merced del cielo. Y dieron gracias a Dios y a la santísima Virgen de que por modo tan prodigioso les diesen a conocer su voluntad de que María había escogido aquel dichoso lugar para trono de Sus Misericordias.
El maravilloso hallazgo de esta Imagen fue canónicamente autenticado en el Archivo de su santuario, el año 1616, con intervención de la Curia eclesiástica y del notario público D. Pedro Carbonell, siendo Obispo de la diócesis el Ilmo. Señor D. Luis Sans, y administradores de la Ayuda D. Francisco Vernet, del comercio. D. Pablo Melchor, pasamanero, y D. Antonio En Blanco y Negro Capdespina, fabricante; a quienes se agregaron como testigos otros siete vecinos.
¿Por qué Madre de Dios de la Ayuda?
Una madre tenía un hijo preso hacía varios años. Éste no lograba hacer valer su inocencia delante de los jueces y recluido en la cárcel, soportaba cadenas en las manos y en los pies. Su madre, con gran fe y confianza, no cesaba de pedir a la Virgen le ayudara a recuperar a su hijo. Un día mientras rogaba a la Virgen con más fervor que nunca le concediera esta gracia, vio venir hacia ella un joven en el que reconoció a su hijo. Admirada y llena de gozo lo abrazó mientras le preguntaba:
“¿Quién te ha traído, hijo mío? ¿Cómo has recobrado la libertad?”…
El joven, señalando la Imagen de la Virgen en el altar, respondió: “Esta misma Señora me ha sacado las cadenas y me ha guiado hasta aquí”.
Desde ese día la imagen de la Virgen recibió el nombre de Nuestra Señora de la Ayuda.

Segundo Milagro
Así transcurrieron algunos años, la devoción a la Imagen seguía y aun creció más, pues se cuenta que entre sus devotas había una buena mujer que para su desgracia, su hijo cayó en manos de unos piratas argelinos. Cuentan las crónicas antiguas, que dichos piratas mantenían encerrados a sus prisioneros en muy penosas condiciones hasta que recibían rescate por ellos, y si no era así, les quitaban la vida.
Aquella mujer era pobre, y su esperanza de volver a ver a su hijo con vida no la abandonó, pues llena de confianza no cesaba de rogar a los pies de la Imagen para que esta le devolviera a su hijo. Y así fue como un buen día, éste se presentó harapiento y todavía con cadenas.
Enorme era la alegría de la madre, y entre besos y abrazos le preguntó, cómo era que estaba en casa. Y él le respondió:
“La Imagen Bendita de Nuestra Señora a la que recordando tu fervor yo rezaba, es la que me ha ayudado y me ha dado fuerzas para huir”.
Entonces la madre corrió a casa de los vecinos gritando:
“Milagro, milagro, Nuestra Señora me ha ayudado, venid y veréis a mi hijo que está en casa, venid y me ayudaréis a dar millones de gracias a nuestra Madre y Libertadora”.
Desde entonces ha venido llamándose la prodigiosa Imagen, Nuestra Señora de la Ayuda.
Entre todos los vecinos, maravillados ante tal gracia, decidieron edificar una capilla con un hermoso retablo de estilo bizantino, y ya colocada la Imagen en el altar, siguió ésta otorgando favores a sus devotos.


Santuario Mare de Déu de l’Ajuda, España.

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