domingo, 17 de marzo de 2019

7 de Marzo: Apariciones de Nuestra Señora de Monte Bérico (1426 y 1428)

7 de Marzo
Años: 1426 y 1428 / Lugar: MONTE BÉRICO, Vicenza, Italia

Apariciones de la ‘Madonna di Monte Bérico’
Vidente: Vincenza Pasini 


Apariciones de Nuestra Señora de Monte Bérico

Los Montes Béricos son un grupo de colinas, sobre las que se alza Vicenza, ciudad capital de la provincia homónima ubicada en la región del Véneto, al norte de Italia. Allí se encuentra el Santuario donde Nuestra Señora se apareció dos veces, para consolar y proveer ayuda a la ciudad durante los difíciles tiempos de la plaga.
Según los manuscritos de la época, desde el año 1404 hasta después del año 1428 el territorio fue sacudido y atormentado por la pestilencia y la enfermedad, tanto que la población declinó dramáticamente, ya fuera por las muchas muertes, ya por la huida de quienes buscaban un lugar más seguro.
En aquellos años de prueba, una mujer de setenta años de Vicenza, de nombre Vincenza Passini, subía la colina cada mañana para llevar comida a su esposo que trabajaba en su pequeña viña. Documentos revelan que Vincenza llevaba una vida simple y honesta, estaba dedicada a su fe y especialmente nutrida por la devoción cordial a la Madre de Dios. Ella acudía a Misa regularmente y era consciente de los pobres.

7 de Marzo de 1426
Primera Aparición
A las nueve de la mañana del 7 de marzo de 1426, Vincenza estaba subiendo la colina como acostumbraba a hacerlo cuando vio en frente suyo a una mujer que, según los documentos, “se veía como la más hermosa Reina, con vestidos más resplandecientes que el sol, envuelta en una fragancia de mil aromas”. Vincenza estaba tan impresionada por la belleza de la visión que se desmayó y cayó a la tierra.
Cuando se recuperó, la Santísima Virgen se identificó:
“Soy la Virgen María, la Madre de Cristo, quien murió en la Cruz por la salvación de los hombres. Te ruego que vayas y digas en Mi Nombre al pueblo de Vicenza que deben construir en este lugar una iglesia en Mi honor si quieren recuperar su salud, o de otra manera la plaga no cesará.”
Llorando de alegría y de rodillas ante la Madonna, Vincenza preguntó: “Pero la gente no me creerá. Y ¿dónde, oh gloriosa Madre, encontraremos el dinero para hacer estas cosas?”.
La Madonna respondió:
“Insistirás para que el pueblo siga mi deseo, de lo contrario nunca será liberado de la peste, y mientras no obedezcan verán a Mi hijo enojado con ellos”
Luego siguió diciendo:
“Como prueba de lo que digo, que excaven aquí, y de la árida roca brotará agua viva y, tan pronto como comience la construcción, no faltará el dinero.”
Después de decir esto, la Madonna, con un grácil movimiento recogió una ramita, trazó la señal de la cruz en el suelo e incluso dibujó la forma de la iglesia a construir. Entonces plantó la ramita en la tierra donde ahora se erige el altar mayor del santuario.
La Señora añadió:
“Todos aquellos que visiten esta iglesia con devoción en Mis días festivos y en cada Primer Domingo de mes, recibirán una abundancia de la Gracia y la Misericordia de Dios, y la bendición de Mis Manos maternales”.
Vincenza inmediatamente obedeció a la visión y comenzó a contarla a todos los que encontraba, pero pronto comprendió que nadie le creía. La plaga había forzado a la gente a pensar en otras cosas. Ella entonces fue a ver al Obispo Pietro Emiliani, que también le dio poco valor a lo que ella relataba. Mientras tanto, la plaga causaba estragos. Vincenza retomó su trabajo y sus actos de caridad y en los días de fiesta, subía a la colina para rezar en el punto donde la Madonna se había parado.

1 de Agosto de 1428
Segunda Aparición
De acuerdo con otros documentos, la Virgen apareció una vez más a Vincenza, esta vez el 1 de agosto de 1428. La Señora repitió Su advertencia previa y Su recomendación por la salud del pueblo. Debido a las horribles condiciones de la plaga, la gente entonces lo creyó y tuvo un cambio de corazón. La severidad de la plaga les había inducido a buscar la ayuda de la Madonna. El consejo y la Sala de Gobierno decidieron construir la iglesia en el Monte Bérico y comenzaron a trabajar sólo veinticuatro días después de la última Aparición. Tan pronto como la iglesia estuvo completa, la plaga desapareció y desde ese día, la región no volvió a sufrirla.
La Señora había hablado del agua que brotaría de una roca en el lugar donde el Santuario debía ser construido. Mientras la tierra era excavada para el Santuario, “una maravillosa e increíble cantidad de agua brotó como una fuente… rebasando como un abundante río que corre colina abajo con gran ruido”.
Una hermosa estatua de la Madonna de Monte Bérico fue entronizada en el Santuario, ahora una gran basílica, para recibir las oraciones y veneración de su pueblo. Documentos en los archivos describen la estatua como “una imperiosa imagen de mármol, pintada con habilidad en varios y preciosos colores”. Representa a la Madonna con una sonrisa abierta. Su cabeza está enmarcada por rizos, y viste un velo decorado en oro, un vestido también de ese color, con un manto azulado y con borde dorado.
Figuras de niños, mujeres y hombres se agrupan bajo el manto que cae sobre los brazos extendidos de la Virgen. La Santísima Madre también lleva collares y una corona dorada que fue colocada allí por el Cardenal Giuseppe Sarto, el Patriarca de Venecia, quien sería el futuro Papa San Pío X.
Primera Guerra Mundial
Durante la Primera Guerra Mundial, la ciudad de Vicenza estaba detrás de las líneas de conflicto. Muy asustada, la gente hizo un voto a la Madonna de Monte Bérico prometiendo que si ellos y sus tierras se mantenían a salvo, observarían el nacimiento de la Madonna cada año de una forma especial. La Madonnna respondió a la oración del pueblo, así que cada año, el 8 de septiembre, grandes multitudes de gente visitan el Santuario para ofrecer su gratitud.
Madonna Di Monte Berico_santuario806
Santuario della Madonna di Monte Berico.
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