sábado, 29 de agosto de 2015

Revelaciones de Jesús a Sor Lucía en Rianjo

Revelaciones de Jesús a Sor Lucía,
en Rianjo, Galicia-España



En agosto de 1931, debido a una enfermedad, la Hermana Lucía estaba pasando una temporada en una casa amiga en Rianjo, España, una pequeña ciudad marítima cercana a Pontevedra, para descansar y recobrarse. Fue en la capilla de allí que la Mensajera de Fátima iba a recibir una vez más una comunicación del Cielo.

Nuestro Señor se quejó a la Hermana Lucía por la tardanza de Sus Ministros, quienes demoraban la Consagración de Rusia al Inmaculado Corazón de María, como había pedido Nuestra Señora de Fátima el 13 de Junio de 1929, dos años y dos meses antes. La Hermana Lucía informó a su Obispo la importante revelación:

29 de Agosto de 1931. Señor Obispo: Mi confesor me manda que participe a V. Ex.cia lo que hace poco ocurrió entre mí y Nuestro Buen Dios: pidiendo a Dios la conversión de Rusia, de España y Portugal, me pareció que su Divina Majestad me dijo:

“Me consuelas mucho pidiéndome la conversión de esas pobres naciones. Pídelo también a Mi Madre, diciendo muchas veces: Dulce Corazón de María, sed la salvación de Rusia, de España y de Portugal, de Europa y del mundo entero.

Y otras veces: Por vuestra Pura e Inmaculada Concepción, oh María, alcanzadme la conversión de Rusia, de España, de Portugal, de Europa y del mundo entero.

Participa a Mis Ministros que, en vista de que siguen el ejemplo del rey de Francia[1], en la dilación de la ejecución de Mi Petición, también lo han de seguir en la aflicción. Nunca será tarde para recurrir a Jesús y a María.”

En otro texto ella escribió: Más tarde, por medio de una comunicación íntima, Nuestro Señor me dijo, quejándose: 

“No han querido atender Mi Petición… Al igual que el rey de Francia[2] se arrepentirán, y la harán, pero ya será tarde. Rusia habrá ya esparcido sus errores por el mundo, provocando guerras y persecuciones a la Iglesia. ¡El Santo Padre tendrá que sufrir mucho!” 

________________________
[1] Nuestro Señor estaba haciendo aquí una referencia explícita a los pedidos del Sagrado Corazón, hechos el 17 de Junio de 1689, al Rey de Francia, por intermedio de Santa Margarita María de Alacoque. 
[2] Se refiere al rechazo del rey Luis XIV (1638-1715) —al igual que el rechazo, tanto de su hijo como de su nieto, los reyes Luis XV (1710-1774) y Luis XVI (1754-1793)— a consagrar públicamente a Francia al Sagrado Corazón de Jesús, como fue pedido por el Cielo. Ya el rey Luis XIII (1601-1643), había esbozado una forma de Consagración de Francia a la Virgen de Notre Dame, aconsejado por su confesor, el Padre Caussin, y en noviembre de 1637, el texto finalmente se presentó al Parlamento que fue firmado por el Rey, el 10 de febrero de 1638, conocido como el famoso voto de Luis XIII. El padre Caussin, propuso al rey promulgar la consagración de Francia tan pronto como no haya duda sobre el embarazo de la reina (del futuro rey Luis XIV). El 17 de Junio de 1789, Fiesta del Sagrado Corazón, exactamente a cien años del día en que Santa Margarita Mª Alacoque había escrito el gran designio del Cielo para el rey de Francia, se alzó el Tercer Estado (el pueblo llano) y se proclamó una Asamblea Nacional, despojando al rey Luis XVI de su poder legislativo. El 21 de enero de 1793, Francia decapitó, como si fuera un criminal, a su rey cristiano Luis XVI, llamado por los revolucionarios, Luis el Último o Luis Capeto.


viernes, 14 de agosto de 2015

Ejercicio de los 33 Pasos de Jesús Crucificado

Ejercicio de los 33 Pasos de Jesús Crucificado

Ejercicio de los 33 Pasos de Jesús Crucificado

EJERCICIO DEVOTO
En el cual se representa y se meditan
todos los Pasos de la Sagrada Pasión
de Nuestro Señor Jesucristo.


EXHORTACIÓN

Estas oraciones son muy devotas, los que las rezan podrán alcanzar de Dios lo que piden. Se ha de rezar ante un Crucifijo, comenzando en día viernes por espacio de 33 días, poniendo atentamente la vista en la santísima imagen. A las personas que esto hicieren les será otorgado lo que pidan si les conviene; el cautivo podrá ser liberado de su cautiverio; el litigante salir airoso de su pleito, siendo lo que pide en servicio de Dios; el calumniado será consolado a los 33 días; el enfermo por quien se ofrecieren, alcanzar la salud; el que está en pecado mortal, salir de él; el difunto por quien le recen, salir de las penas del Purgatorio; el ausente, cuando esté en tierras extrañas, salir con facilidad.
Está este Ejercicio confirmado por el Sumo Pontífice Gregorio XIII, quien lo concedió. Hecha la Señal de la Cruz y dicho el Acto de Contrición, se contempla la Pasión que señala cada Día y enseguida se rezan cinco Padre Nuestros, Avemarías y Glorias; luego la Oración, los Gozos y el Ofrecimiento y se concluye con tres Credos y con la Salve  a la Virgen de los Dolores.

La Señal de la Cruz
  Por la Señal de la Santa Cruz,
  de nuestros enemigos,
  líbranos, Señor, Dios nuestro.
  En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

ACTO DE CONTRICIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

Padre de las Misericordias y Dios de toda Consolación, cuya piedad nunca desprecia el corazón contrito y humillado, asegurando Tú mismo que no quieres la muerte del pecador, sino que se convierta y viva; aquí me tienes, Señor, rendido (a) a Tus Pies implorando el perdón de mis pecados. Ablanda, Señor, este corazón duro, enciende este corazón helado; dame lágrimas de verdadera contrición para que pueda asegurar el perdón de mis pecados, por lo cual Te digo con todo mi corazón: Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, en quien creo, en quien espero, a quien amo sobre todas las cosas; sólo por ser Tú quien eres, Bondad Infinita, me pesa en el alma haberte ofendido y propongo firmemente nunca más pecar asistido (a) siempre por Tu Divina Gracia.


Los Treinta y Tres Pasos

1.  VIERNES. Primeramente has de considerar cuando Nuestro Redentor dio Su Santísimo Cuerpo a Sus discípulos.

Cinco Padre Nuestros, Avemarías y Glorias.

2. SÁBADO. La Agonía que tuvo en Huerto.

Cinco Padre Nuestros, Avemarías y Glorias.

3. DOMINGO. Cuando lo prendieron y llevaron a la casa de Anás, y las afrentas que allí padeció.

Cinco Padre Nuestros, Avemarías y Glorias.

4. LUNES. Cuando lo llevaron a las casas de Caifás y Pilatos.

Cinco Padre Nuestros, Avemarías y Glorias.

5. MARTES. Cuando lo desataron y lo llevaron arrastrando por las calles, y la Sangre que derramó.

Cinco Padre Nuestros, Avemarías y Glorias.

6. MIÉRCOLES. Cuando lo pusieron delante de los sayones y delante de los sacerdotes, Llagado, tratándolo con malas palabras.

Cinco Padre Nuestros, Avemarías y Glorias.

7. JUEVES. Cuando lo llevaron a casa de Pilatos y los malos tratamientos que allí le dieron.

Cinco Padre Nuestros, Avemarías y Glorias.

8. VIERNES. Cuando lo sacaron de la casa de Pilatos.

Cinco Padre Nuestros, Avemarías y Glorias.

9. SÁBADO. Cuando lo llevaron a la casa de Herodes y las mofas que en ella padeció.

Cinco Padre Nuestros, Avemarías y Glorias.

10. DOMINGO. Cuando le pusieron la vestidura blanca, haciendo escarnio de Él.

Cinco Padre Nuestros, Avemarías y Glorias.

11. LUNES. Cuando lo volvieron a la casa de Pilatos.

Cinco Padre Nuestros, Avemarías y Glorias.

12. MARTES. Cuando fue atormentado en la casa de Pilatos a la vista de Su Santísima Madre.

Cinco Padre Nuestros, Avemarías y Glorias.

13. MIÉRCOLES. Cuando lo sacaron delante de todos y lo amarraron a la columna.

Cinco Padre Nuestros, Avemarías y Glorias.

14. JUEVES. Cuando lo desataron y Él cayó en el suelo por no poderse tener de atormentado y buscando Su vestidura llegó un fariseo y le puso un pie en la garganta, en tanto que le azotaba con gran crueldad.

Cinco Padre Nuestros, Avemarías y Glorias.

15. VIERNES. Cuando le pusieron la corona de espinas.

Cinco Padre Nuestros, Avemarías y Glorias.

16. SÁBADO. Cuando le pusieron una caña en la mano y escarneciéndole le decían: “Dios te salve, rey de los judíos.”

Cinco Padre Nuestros, Avemarías y Glorias.

17. DOMINGO. Cuando le pusieron una vestidura de escarnio.

Cinco Padre Nuestros, Avemarías y Glorias.

18. LUNES. Cuando le sacaron con la Santa Cruz a cuestas dando caídas en la tierra.

Cinco Padre Nuestros, Avemarías y Glorias.

19. MARTES. Cuando la Verónica le dio su toca y le limpió el Santísimo Rostro y Su Santísima Madre le veneró con Su reverencia.

Cinco Padre Nuestros, Avemarías y Glorias.

20. MIÉRCOLES. Cuando le llevaron a crucificar y Su Santísima Madre iba en Su seguimiento; y lo que sintió al verla tan afligida.

Cinco Padre Nuestros, Avemarías y Glorias.

21. JUEVES. Cuando cruelmente azotado lo llevaron al Calvario y lo desnudaron para clavarlo en la Cruz.

Cinco Padre Nuestros, Avemarías y Glorias.

22. VIERNES. Cuando cruelmente atado, tiraron las ataduras de Su Santísimo Cuerpo para que llegasen los brazos.

Cinco Padre Nuestros, Avemarías y Glorias.

23. SÁBADO. Cuando lo clavaron en la Cruz.

Cinco Padre Nuestros, Avemarías y Glorias.

24. DOMINGO. Cuando tuvo aquel dolor tan grande después de haberlo clavado en la Cruz y volviéndolo boca abajo, lo llevaron arrastrando hasta donde habían de clavar la Cruz; y el gran dolor de la Divina Majestad por las piedras que se entraban por las Heridas de Su Santísimo Cuerpo.

Cinco Padre Nuestros, Avemarías y Glorias.

25. LUNES. El gran dolor que sintió cuando lo levantaron en lo alto de la Cruz.

Cinco Padre Nuestros, Avemarías y Glorias.

26. MARTES. Cuando las burlas y los escarnios que de Su Santísima Madre hicieron los que estaban presentes, y la hiel y vinagre que le dieron a beber.

Cinco Padre Nuestros, Avemarías y Glorias.

27. MIÉRCOLES. La primera Palabra que Su Majestad dirigió al Padre Eterno: “Perdónalos, Padre Mío, porque no saben lo que hacen.”

Cinco Padre Nuestros, Avemarías y Glorias.

28. JUEVES. La segunda Palabra, cuando dijo al buen ladrón: “Hoy estarás Conmigo en el Paraíso.”

Cinco Padre Nuestros, Avemarías y Glorias.

29. VIERNES. La tercera Palabra, cuando le dijo a Su Madre: “Mujer, he ahí a Tu hijo”; y a San Juan: “He ahí a tu Madre.”

Cinco Padre Nuestros, Avemarías y Glorias.

30. SÁBADO. La cuarta Palabra que Nuestro Señor dijo: “Dios Mío, ¿por qué Me has abandonado?”

Cinco Padre Nuestros, Avemarías y Glorias.

31. DOMINGO. La quinta Palabra que dijo: “Tengo sed.”

Cinco Padre Nuestros, Avemarías y Glorias.

32. LUNES. La sexta Palabra que dijo: “Todo está consumado.”

Cinco Padre Nuestros, Avemarías y Glorias.

33. MARTES. La séptima Palabra, cuando dijo al Padre Eterno: “En Tus Manos, Señor, encomiendo Mi Espíritu.”

Cinco Padre Nuestros, Avemarías y Glorias.


ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

Oh, amantísimo Jesús Mío, que por Tu inmenso Amor derramaste la Sangre siendo cincelado en la Cruz para lavar las manchas del pecado original y después, de Glorioso, quisiste esmaltar el Amor con Tu Poder, sufriendo desprecios para que gozásemos nosotros Tus Prodigios y Gracias sin fin; por tan innumerables beneficios, Señor, Te adoramos y Te damos los agradecimientos pidiéndote justamente el aumento de nuestra Fe Católica, la destrucción de las herejías, la conservación de nuestros frutos y cosechas, la salud de los enfermos, la seguridad de los navegantes, la paz entre los príncipes cristianos, la victoria contra los infieles, la redención de los pobres cautivos, y como soy yo uno de ellos, Te suplico me atiendas con Ojos de Misericordia para que penetrada mi alma con el poder de Tu auxilio pueda lograr al cabo de estos Treinta y Tres Pasos, los verdaderos favores y la gracia que Te vamos a pedir.

     (Aquí se hace la petición…)

Así lo harás y así lo espero, muy amoroso Crucificado mío, pues eres mi Padre y mi Dios de todo consuelo; y sobre todo, no quiero sino lo que disponga Tu Santísima Voluntad con la cual humildemente me resigno, para que me des lo que más me conviene en este mundo, hasta la vista de Tu deseado Rostro.


Gozos a la Sagrada Pasión
de Cristo Nuestro Señor

En este momento pedimos
al Crucificado Dios…
Misericordia, Jesús.
Misericordia, Señor.

A Tus Pies, reverentes,
remedio pronto esperamos
y por eso, diligentes,
humildes perseveramos,
y a boca llena Te llamamos
Nuestro Padre y Protector.
Misericordia, Jesús.
Misericordia, Señor.

A punta aguda de flechas
se rinde infiel osadía
de lo que hicieron Tu Imagen
por su ciega idolatría;
¿Quién así vencer podría
sino Virtud Superior?
Misericordia, Jesús.
Misericordia, Señor.

A clavos, corona y lanza,
flechas judías de impiedad,
para inclinar la balanza
de Tu fina Verdad,
así trueca caridad
agravios del malhechor.
Misericordia, Jesús.
Misericordia, Señor.

Al que  llagado de culpas
mirase a Jesús, contrito,
en paz y salvo se queda
indultado del delito,
que de medio tan exquisito
ya Moisés fue mostrador.
Misericordia, Jesús.
Misericordia, Señor.

De una multitud de enfermos
es del mundo la piscina.
El Ungido es para todos
el Médico y Medicina;
alto, el agua cristalina,
que anda en ella el Movedor.
Misericordia, Jesús.
Misericordia, Señor.

Vamos subiendo las gradas
en el ánimo confiado
siguiendo bien las pisadas
de Cristo Crucificado;
pues ya nos ofrece, atado,
las Fuentes del Salvador.
Misericordia, Jesús.
Misericordia, Señor.

Todos los males rescata,
ya visibles o invisibles,
vence casos imposibles
cuando benigno nos trata;
con razón el alma grata
lo venera Redentor.
Misericordia, Jesús.
Misericordia, Señor.

Refieren los navegantes
Sus Milagros a millares,
y los de tierra constante
los cuentan por centenares;
Ángeles, hombres y mares
alaban su Defensor.
Misericordia, Jesús.
Misericordia, Señor.

Por Tu infinita Clemencia
huyen de nuestra ciudad
enemigos, pestilencia
y maligna hostilidad;
sólo Tú en realidad
eres el Divino Autor.
Misericordia, Jesús.
Misericordia, Señor.

Por todos estos Pasos que Tú, oh Señor, padeciste en Tu Sagrada Pasión y Muerte, Te suplico me otorgues esto que Te pido. Amén, Jesús.

Te adoramos, oh Cristo, y Te bendecimos.
Que por Tu Santa Muerte de Cruz
redimiste al mundo. Amén.


ORACIÓN
Para ofrecer este Santo Ejercicio

Penetrado (a) de la mayor confianza en Tu Bondad infinita, me entrego a Ti, oh adorable Salvador mío. ¿Qué podre yo reservarme de cuanto tengo en esta vida cuando Te veo morir por mí? Sí, Dios mío. Me abandono enteramente a los designios de Tu Providencia, dispón de mí como soberano Dueño, colócame en la pobreza, en la prosperidad o en los trabajos, en los consuelos, en las aflicciones, en la enfermedad o en la salud, en la vida o en la muerte. Siendo que yo esté a los pies de Tu Cruz, unido (a) a Ti, todo lo demás me importa nada; Tu Cruz y Tu Gracia me suplican en todas mis cosas, esperando me concedas un verdadero arrepentimiento para llorar mis innumerables culpas y la Gracia necesaria para perseverar en Tu santo servicio hasta el fin de mi vida. Amén.

Tres Credos.

La Salve a la Virgen de los Dolores.


APÉNDICE

Padre Nuestro

L: Padre Nuestro, que estás en el Cielo, santificado sea Tu Nombre. Venga a nosotros Tu Reino. Hágase Tu Voluntad, así en la Tierra como en el Cielo.
R: Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.

Ave  María

L: Dios Te Salve, María, llena eres de Gracia. El Señor es Contigo. Bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el Fruto de Tu Vientre: ¡Jesús!
R: Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Gloria

L: Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R: Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.


El Credo de los Apóstoles

Creo en Dios, / Padre Todopoderoso, / Creador del Cielo y de la Tierra. / Creo en Jesucristo,  Su Único Hijo, Nuestro Señor, / que fue concebido por Obra y Gracia del Espíritu Santo, / nació de Santa María Virgen, / padeció bajo el poder de Poncio Pilatos, / fue crucificado, muerto y sepultado, / descendió a los infiernos / y al tercer día resucitó de entre los muertos; / subió a los Cielos / y está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso. / Desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos. / Creo en el Espíritu Santo, / en la Santa Iglesia Católica, / en la Comunión de los Santos, / en el perdón de los pecados, / en la resurrección de la carne / y en la vida eterna. / Amén.


SALVE REGINA
La Salve

¡Dios Te Salve, Reina y Madre! ¡Madre de Misericordia! ¡Vida, Dulzura y Esperanza nuestra, Dios Te Salve! A Ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a Ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas.
¡Ea, pues, Señora, Abogada nuestra!, vuelve a nosotros esos Tus Ojos Misericordiosos, y después de este destierro, muéstranos a Jesús, Fruto Bendito de Tu Vientre. ¡Oh, Clemente! ¡Oh, Piadosa! ¡Oh, Dulce, siempre Virgen María!